El final de una etapa: El reto de Eva

Cuando los niveles de implicación con algo que afecta a tu vida supera a lo que estás acostumbrado, cuando desde que te levantas hasta que te acuestas tienes un objetivo claro y dejas que todas tus energías vayan en esa dirección… la recuperación emocional es complicada.

Durante dos meses he volcado todo el cariño en un solo objetivo y, ahora que una primera etapa ha finalizado, no puedo evitar echarlo de menos.

¿Quién ayuda a quién?…Y es que hay personas excepcionales que llegan para salvarte la vida.
Vivimos en una rutina, encerrados en una realidad personal ajena al mundo y vamos como los caballos, intentado no mirar a nuestra alrededor para que nada nos haga perder la dirección que llevábamos…
Eva, David y toda su familia, así como las extraordinarias personas que los acompañan en este reto, han entrado en mi vida para quedarse.

 
El otro día alguien me comentaba que a veces me expresaba como quien lo ha abandonado todo y simplemente espera morir… me preocupé, pues nada más lejos de mis deseos. Lo que ocurre es que, cuando eres emocionalmente muy intensa, cuando te cuesta controlar el nivel de implicación y habitualmente te entregas sin guardarte nada ni pedir nada a cambio… procuras medir el momento, las personas y las situación en la que lo haces, porque sabes que una vez que ocurra… ya no hay marcha atrás.

 

Esta etapa en la vida de Eva me ha servido para aprender, para conocerme un poco más y, especialmente, para descubrir y convivir con la sensación de empatía, de la que hablamos tantas veces pero que practicamos a nivel de usuario.

El día previo a la proyección de «El Reto de Eva» en Málaga le comentaba a Juan Diego Salinas, de Coaching Airlines, que estaba asustada… me he permitido copiar literalmente el mensaje que me envió:

“Estás en unos días únicos, disfrútalos. Puedes tener las dos sensaciones: El miedo y la ilusión de estar haciendo algo que hace dos meses ni te imaginarías creando.
Deja espacio para la ilusión, el aprendizaje y las personas, para que esta aventura dure más en ti”

 

¿Quién ayuda a quién? Llegaron para quitarme los anteojeras y mostrarme el mundo, y además me permitieron disfrutar del valor de las personas… porque durante todo este tiempo en el que me encontré inmersa en esta iniciativa fui descubriendo a personas increíblemente excepcionales, he reído, llorado, sentido, me he enamorado, he soñado, imaginado, disfrutado… La vida está hecha de pequeños gestos que crean grades cosas, enormes sentimientos…
Estaba allí, viendo aquel documental, compartiendo la historia de una familia que hacen de sus días una carrera de fondo y supe que, a partir de ese momento, ya nada sería lo mismo.

 

¿Quién ayuda a quién?… porque hay personas que aparecen para salvarte la vida.

 

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¿Quieres pasar por la vida de puntillas o prefieres dejar las huellas en el asfalto?

1 Comment

  • Juan Diego dice:

    Gracias por tu post y por tus menciones. Y me apetece aportar mi respuesta a quién ayuda a quién. Yo creo que ayudamos y nos ayudan. Cuando se cruzan estos dos sentidos de esa autopista llamada GENEROSIDAD se crea una sinergia especial y única que TRASCIENDE a las intenciones individuales. Un conjunto al que solo se llega en conjunto. Un sistema de relaciones, propósitos, ofrecimientos, admiraciones y habilidades que consigue llevarnos más allá. En equipo todos aprendemos más. En conjunto todos crecemos más.

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