Los maestros andamos en paracaídas

El título puede sonar raro, es posible que gramaticalmente sea incorrecto, pero emocionalmente es la expresión adecuada para definir cómo nos sentimos.
Nos preparamos pedagógicamente para cubrir las necesidades de nuestros alumnos, en menor o mayor nivel, hacemos cursos, jornadas referentes a innovación, Master… nos formamos. Pero no nos preparamos para una realidad y es que nuestros alumnos se van, unas veces porque se hacen mayor y otras porque se trasladan de centro. Cuando llega ese momento todo el tiempo que has compartido con él te viene a la cabeza, su primer día, su primera sonrisa, su primer te quiero, cuando aprendió a leer, cuando le regañaste, cuando lloró… al final siempre te quedas con la misma sensación, podía haberlo hecho mejor.
Es algo que deberíamos  manejar perfectamente pues nos ocurre en nuestro día a día entre adultos, de pronto un día te levantas y te sorprendes con que esa persona con la que compartías tu rutina cambia de trabajo, de ciudad, de personalidad, de forma de vida, de espacio a compartir… y descubres que ya casi no os reconocéis. Desaparece y toca despedirse. Deberíamos de saber cómo enfocar esta parte de nuestras vidas y reinventarnos como si de una nueva serie televisiva se tratara.
Cuando nuestros alumnos se van toca abrir el paracaídas para que el golpe que supone al corazón  no te lastime y puedas continuar la semana con ese hueco en la clase. Cuesta
Y aunque aún andamos recogiendo los cachitos preparándonos para el siguiente salto, aunque en el fondo sabemos que nuestra responsabilidad es saber afrontar estas despedidas, no puedo evitar pensar en todo lo que me ha quedado por enseñarle, en todo lo que nos quedaba por aprender.
Los profesores son mucho más que trasmisores de conocimiento, hay mucho más allá de las clases programadas y las buenas evaluaciones, hay una parte emocional que se construye en el aula poco a poco, día a día y entre todos…
Es difícil explicar cuándo aparece, quizás no todos los maestros consigan sentir algo parecido (en ese caso olvidaron que se trata de una práctica vocacional esto de la enseñanza), pero de algo estoy segura, aunque no venga en los libros: esta conexión, aunque a veces duela, es lo que hace que aprender se convierta en algo inolvidable.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>