No me cuentes cuentos…

Lo importante no es con cuántas personas estamos,
sino con cuántas personas somos.

Aprendemos cada día, a estas alturas deberíamos levantarnos con una sonrisa con la seguridad de que, al terminar la jornada, seremos mucho más sabios. Lo cierto es que no todo lo que aprendemos es positivo, es posible que nos hagan sentir que hemos restado calorías a ese montón de buenos momentos que sin duda esperábamos. Pero al final, cuando hayamos terminado… recordaremos lo positivo… (como Mister wonderful en lunes)

Me gusta ser y que me hagan sentir así, será por eso que no necesito mucha gente a mi alrededor. Con los años nos volvemos más exquisitos y comenzamos a seleccionar, dejando a nuestro lado solo a las personas que nos hacen sentir especiales. Al menos eso es lo que deberíamos hacer… personas que nos sumen… ya está el mundo para enseñarnos lo que podemos perder a cada segundo.

Y últimamente he estado de suerte. Conocer profesionales que finalmente conviertes en amigos y que te empujan a crear, a crecer, a generar experiencias y saber que han pasado por tu vida para construir recuerdos que, seguro, no olvidarás.

Entonces ocurren cosas como No me cuentes cuentos

Inconformistas, reivindicativos, proactivos, aventureros, investigadores, emocionales, emprendedores, inquietos, escaladores de lo imposible, transgresores de normas establecidas, refunfuñones en momentos de rutinas, artistas en oculto, generadores de cambio…

Podrían añadir muchas cosas más y que este grupo se convirtiera al final en una definición de esa gente fantástica que cada día se deja los restos para avanzar y que, al hacerlo y cuando acaben, habrán dejado sin duda una huella imborrable.

Me sumo a ellos… no puedo perderme la sensación de haber regalado una parte de mí en esta historia.