Dicen que las buenas esencias se guardan en frascos pequeños. Algo parecido ocurre en un rinconcito de Novaschool, donde cada mañana comparten risas y charlas entretenidas unas personas muy especiales. Son los mayores de Primaria y, sin duda, protagonistas principales de la historia del colegio.
La diversidad en estado puro, cada uno con una personalidad definida, distintos, contrapuestos en muchas ocasiones… pero han sabido cohesionar, entenderse y respetar sus tiempos, sus necesidades y, por supuestos, sus malos momentos.
Tengo la suerte de darles clases y poder compartir una parte importante de sus vidas. Me siento frente a ellos y, aunque no sé si podrán intuirlo, me enamoran cada uno con ese “ángel” que les hace únicos: con esa sonrisa definición de “bondad”, con sus despistes de genio, con la elegancia de un cuerpo definido por el ballet. Me enseñan cada día a ser mejor… pero eso no se lo contéis.
Cada mañana la luz entra con fuerza en el aula. Las clases comienzan, como cada lunes, con una frase que intentamos aprender e interiorizar y que espero sean base para su futuro, el mismo en el que deseo me recuerden… significará que fui capaz de entrar en sus pequeños corazones.
» Tantos siglos,
tantos mundos, tanto espacio…
y coincidir»
Mensaje de parte de Sara, Alejandro y Marco…
Para nuestra seño Gemma:
Marco: Gracias por darnos clase y por el artículo. Te quiero mucho.
Sara: Seño Gemma, esperamos que Lucas esté bien. Besos, Sara. Gracias por ser nuestra seño de Lengua y por jugar con nosotros a la comba.
Alejandro: Hola, recuerda que si necesitas alguna ayuda informática me puedes consultar a mí. Besos y gracias por el artículo y por las clases que nos das cada día.
Gracias mis niños. ¡Yo sí que os quiero! me alegráis cada día… y no lo olvidéis… que nadie os digáis que no seréis capaces de conseguir todo por lo que luchéis…