Pincha para escuchar «Turnedo» de Iván Ferreiro.
Desde que la escuché la primera vez se convirtió en mi favorita, no sé exactamente lo que provoca en mí, tristeza, alegría… todo depende del momento. Pero cuando la pongo mis ojos se cierran y desaparezco, desconecto de la realidad y me dejo llevar por el olor a mar, por recuerdos, por anécdotas olvidadas… al volver tengo la sensación de que mi actividad se multiplica y en algunos momentos retorno con una sonrisa. No es conocida por muchos, sin duda no ha sido la canción del verano, pero es mi canción, mi terapia, mi vía de escape…
¿Por qué sucede esto?…
“Red neuronal por defecto”, se trata de un “conjunto de regiones del cerebro que colaboran entre sí y que son las responsables de la actividad física del cerebro mientras la mente está en reposo”.
Esto significa que cuando creemos estar en blanco o despistados, cuando dejamos de realizar una actividad que requiere concentración y parece que estamos en off… tenemos a un grupo de neuronas funcionando… y estas son las responsables de que, al escuchar una canción, nos vengan imágenes o recuerdos que creíamos olvidados. Pensemos entonces en los beneficios que tiene para enfermedades como el Alzheimer, autismo, depresión… innumerables…
“Este patrón se activa con la introspección, la conciencia de unos mismo y los procesos en los que utilizamos la imaginación”. (El equipo de R. W. Wilkins en Scientific Reports)
Son indiscutibles los beneficios que han dejado numerosas investigaciones referentes a lo que la música consigue en nosotros a nivel neuronal. No hablemos de los efectos a nivel emocional, pues una misma canción puede llevaros de la alegría a la tristeza en un segundo.
Todos tenemos una historia musical, canciones que nos recuerdan al pasado, a personas, a momentos de nuestra vida. Utilizamos la música como forma de comunicar sentimientos… Es importante reconocer los ritmos, las melodías… y ni te digo si fuéramos capaces de componer.
Cuando descubrimos los beneficios de la música más claro podemos tener que algo no hacemos bien en educación, donde el espacio dedicado a este arte es mínimo y tendente a desparecer. Algo que activa redes neuronales cuando nuestro cerebro está relajado, redes que nos traen a nuestra mente información que nunca creímos aprender, no debe ser lo suficientemente importante para las personas que son responsables de las continuas reformas a la que estamos sometidos, aunque pedagogos, filósofos y psicólogos lo lleven diciendo décadas, aunque las investigaciones lo muestren y aunque los educadores nos dejemos la piel buscando el hueco donde encajar más tiempo para un arte que es probable termine despareciendo de las aulas.
Para los niños, el dedicar un tiempo de su jornada a la música es asegurarnos de que estamos trabajando una parte muy potente de sus capacidades. Es llevar la educación a la excelencia con tan solo una nota de sol…
• Aumenta la capacidad de memoria, atención, concentración de los niños.
• Mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos.
• Es una forma de expresión.
• Fortalece el aprendizaje.
• Promueve momentos de socialización.
• Estimula la imaginación y creatividad.
• Provoca la evocación de recuerdos e imágenes y esto enriquece el intelecto.
• Estimula el desarrollo integral del niño.
• Promueve el aprendizaje globalizado.
Con la música en las aulas ayudamos a la socialización, al aprendizaje globalizado, a la estimulación y por supuesto al desarrollo del ritmo… Pero el factor principal, que debemos tener en cuenta a la hora de saber qué tiempo invertir en luchar por dejar el espacio que se merece a este arte es que a los niños, la música… les hace feliz.
¿Qué canción es la que te lleva a ti a las nubes?
Donde acaban las palabras empieza la música
Shakespeare.
