Todo lo que no viví…Miedo al fracaso


Son incontables las veces que me he equivocado, que he tenido miedo y que no he tomado decisiones para evitar estos sentimientos…
De los tres estados el que más temo es el de privarme de avanzar y lanzarme a la aventura de la vida por el miedo al fracaso…
Tenemos que interiorizarlo y acostumbrarnos porque la vida, dicen, es también una historia de errores que quizás nunca contamos.
Me gusta arriesgar y me equivoco tantas veces que pierdo la cuenta, pero el prohibirme jugar las cartas es algo que hace tiempo dejé de plantearme.
Somos los guías de  las generaciones que vienen detrás y deberíamos analizar el por qué hay cada vez más niños que se bloquean y que no toman decisiones. Tienen miedo… a la crítica, al error, a las opiniones de los demás, miedo al ridículo… y no podemos buscar responsabilidades fuera, pues somos nosotros, los adultos, los que promocionamos este tipo de estados emocionales cuando exigimos sin medida y sin tener en cuenta lo que para el niño es prioritario… Vivir.
Nos encontramos con niños cuya autoestima les deja en estado hipnótico y no les permite construir, pues dan  por hecho que hagan lo que hagan errarán. Forzamos una evolución en su madurez que necesita su tiempo, lo que provoca frustración y un miedo al rechazo que les hace intentar esforzarse por algo para lo que no están preparados. Estamos en la generación de adultos que quieren niños perfectos y que, con tan solo 6 años, intentan modelar y matizar hasta que los transformamos en algo que no eran en origen. Nos lo estamos perdiendo. Disfrutar de ver cómo crecen siendo ellos mismos, sin la presión de no decepcionar.
Este miedo les frena.
Mutismo selectivo, ansiedad, depresión, fracaso escolar… todo esto es el resultado de una mala gestión de las emociones. Los responsables… maestros, padres y un entorno cargado de competitividad. En los últimos tiempos esto se ha acentuado hasta llegar a extremos que, como profesional, me asustan y me provocan pensar que el mundo debería de pararse unos minutos para que los mayores pudiéramos reflexionar sobre lo que estamos haciendo.
Sergio Sinay, al que invito a leer,  nos dice que “la vida nos formula preguntas que nosotros respondemos con nuestras acciones. No existen garantías de que estas sean las acertadas, pues la incertidumbre es parte de la vida.
Pero confiar en lo que decidimos, aunque temamos  equivocarnos, nos ayuda a crecer, nos hace humildes, eleva nuestra autoestima y enriquece nuestras experiencias en el mundo”
Dejemos que ellos también se equivoquen, que decidan y que maduren a través de sus experiencias… ¿Nuestro papel?…  levantarles cuando se caigan y estar ahí para enseñarles que el fracaso es parte de la vida.
Fotografría: Hengki Lee
“El fracaso es parte de la vida; si no fracasas, no aprendes…
y si no aprendes no cambias…”
Paulo Coelho

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