Resiliencia…

 

La sabiduría es el arte de aceptar aquello que no puede ser cambiado, de cambiar aquello que puede ser cambiado y, sobre todo, de conocer la diferencia

Emperador Marco Aurelio

 

Siempre me he considerado una persona con capacidad de adaptación, quizás con la suerte de sacar lo bueno de los malos momentos, aunque muchos de los que he vivido no tengan ninguna intención de mostrarme un solo fleco positivo y se han quedado ahí, en una parte importante de mi personalidad… quizás sea eso… lo que aprendí a valorar…sonreír y vivir… especialmente vivir.

 

Cuando tenía que definir a una persona, con esa capacidad de levantarse, decía que era una superviviente de esos antojos que tiene el destino por marcarte…hasta que escuché Resiliencia…

 

Resiliencia: Según la definición de la Real Academia española, se trata de “la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”.

 

“Hay bastante consenso entre los investigadores a la hora de identificar a la estadounidense Emmy Werner como la pionera en efectuar un estudio, a mediados del siglo XX, sobre resiliencia. Werner heredó el concepto del psicoanalista británico John Bowlby, quien a su vez lo tomó prestado de la Física. De este ámbito es de donde procede, originariamente, el término.

La Física lo define como la capacidad que tienen algunos metales para doblarse y luego volver a su posición original cuando se deja de ejercer presión sobre ellos. En psicología, “se usa la metáfora de los juncos” para explicar el concepto, relata a LaVanguardia.com el profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Gonzalo Hervás. “Cuando el caudal aumenta considerablemente, los juncos de los ríos se doblan, sin romperse y sin quebrarse, y luego vuelven a su posición original cuando las aguas recuperan su aspecto habitual”, añade

 

El problema radica en que para saber si uno cuenta, o no, con esta capacidad es necesario pasar por una experiencia extrema. “Esa es la prueba de fuego y es lo que hace que uno lo confirme”, asegura el profesor de la Complutense. De hecho, “la persona (y esto enlaza con otro concepto psicológico que se llama crecimiento tras la adversidad) descubre esas capacidades nuevas que desconocía y se siente mucho más seguro para enfrentarse a otras experiencias. Uno redescubre cuáles son sus determinados valores, y esto conduce a un cambio vital, de filosofía de vida”.

La Vanguardia

 

¿Seré una persona resiliente, capaz de superar importantes situaciones y un desastre para aquellas más cotidianas y menos importantes?

 

No… al parecer no es un adjetivo hecho a mi medida porque, según los estudios, cumplo un 30% de las características que debe de tener una persona digna de llevar este vocablo que hasta hace poco (quizás incultura) no conocía…

 

Hagamos de nuestros alumnos personas resilientes, con ese coctel de habilidades que esconde esta palabra:

Optimistas, empáticos, buscando nuevas oportunidades y relaciones, con capacidad para solucionar los problemas, gestionar sus emociones, poco exagerados, positivos, expertos en interpretar de manera acorde las distintas situaciones con las que se encuentran, flexibles…

…FELICES…

Cada día me planteo el reto de enseñarles aquello que a mí me falta para sobrevivir a las experiencias. Porque da igual la formación académica o lo culto que seas, da igual la posición que ocupes, lo remunerado de tu trabajo… al final es cómo vives las pequeñas/ grades anécdotas que van formando tu historia, cómo te enfrentas a los fracasos, cómo solucionas los finales, cómo te despiertas tras una caída… hay muchos momentos que nos dejarán en la cuneta…

¿Qué les enseñas?… me han preguntado esta mañana mientras plantábamos unas semillas en nuestra clase de lengua…

… mil  maneras diferentes de levantarse…

 

No, no soy una persona resiliente… pero sobrevivo…

1 Comment

  • Sandra Arjona dice:

    yo también estoy en proceso de convertirme en una persona resilente, mi vida no ha sido ni es fácil y tb intento hacer de mis alumnos pequeños resilentes, para que a su vez, ellos lo trasmitan más allá de las paredes del colegio, que para muchos es mejor que su hogar, y para otros muchos su hogar, porque un hogar no es una casa bonita con una gran tele y cómodo sofá, un hogar un sitio donde vives con tu familia que te quiere, te abraza y te hace crecer sano y feliz, si te falta eso, tienes que ser además de superviviente, RESILENTE…o acabar fracasado como a lo largo de mi carrera como educadora, he visto a muchos chavales.

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