Potentes conexiones…Sincronicidad.

¿Podría ocurrir algo así?

La casa de Lago…La he visto muchas veces, aun sabiendo que se trata de una película que podría criticar abiertamente sin que nadie me llevara lo contrario, pero por alguna razón que desconozco es una de esas historias que me despiertan emociones e invitan a reflexionar.

 

¿Podría ocurrir? …
En algún momento de nuestra vida han surgido historias que nos parecen tan improbables que terminan resultando mágicas e únicas. Hablamos entonces de conexiones tan especiales que no siempre somos capaces de vivirlas y disfrutarlas… muchas pasarán de largo sin que nos hayamos dado cuenta de que, un momento mágico, había ocurrido en nuestras vidas. Otras, por el contrario, las disfrutamos…con miedo, pero con la pasión de algo que sabemos que es extraordinario.

Llevada a un extremo irreal, no deja de hablar de otra cosa que de la sincronicidad.
Sincronicidad (sin-, del griego συν-, unión, y χρόνος, tiempo) es el término elegido por Carl Gustav Jung para aludir a «la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal». «Así pues, emplearé el concepto general de sincronicidad en el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, cuyo contenido significativo sea igual o similar»
Hablaba de que, en muchos momentos, la atracción entre personas o entre lugares y personas es tan potente que terminan creando situaciones coincidentes, un vínculo mágico que terminan teniendo un significado destacado en  sus vidas. Me gusta utilizar el término serendipia para referirme a estas casualidades mágicas… pero en este caso Jung no hablaba de casualidad, hablaba de sincronicidad, de fuerzas superiores que son las generadoras de estos acontecimientos. Es menos bonito, pero no por ello menos significativo.

 

 

Estamos rodeados de mensajes, nuestra vida es una gran película que podemos observar en detalle y disfrutarla, momento en el que descubriremos estos vínculos, o simplemente podemos pasar de puntillas y sumar horas y días sin sentido…Aburrido.

 

 

Hay décimas de segundo que cambian nuestro destino, potentes conexiones que nos conforman… merece la pena ser observador y disfrutar de estas experiencias irrepetibles.
Abre los ojos y disfruta de la película de tu vida…

 

 

No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.

Friedrich Schiller

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