Vivir… o VIVIR

 

«¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?»

 

La vida…

Esa en la que controlas el peligro,  en la que cada movimiento está perfectamente programado en el calendario que, con toda probabilidad, tendrás pegado en la mesa de trabajo, en la agenda de tu hijo, en el frigorífico con el menú semanal …

La cómoda, la de todos los días a las 7:00 para el café, revisar correos, trabajo y más trabajo. Salir con la gente de siempre, cruzar por las mismas calles y cerrar con tiempo los viajes, para no encontrarte sin poder ir al hotel de cada verano…

Es esa zona de confort que nos apasiona, porque todo está bajo control… y no estamos para excesivos riesgos en un mundo en el que la rutina cada vez va copando más espacio…

 

LA VIDA…

Aquella en la que cada día improvisas, en la que te paras a charlar con la persona que está justo al lado en el semáforo (y es probable que te tome por pirado).

Esa en la que levantas el teléfono un martes y quedas… porque sí… porque te apetece esa cerveza prohibida, la que no te ahoga por dejar de hacer el trabajo que habías programado el domingo por la noche.

Esa en la que dices los te quieros que te salen de las mismas narices, tantas veces como creas que es necesario, para darle sentido a esa mierda de día nublado por las facturas…

La difícil… la que provoca vértigo… en la que vives el HOY sin pensar qué harás mañana, porque no los sabes…quizás te hayas muerto y te quede ese beso sin dar, esa cerveza sin tomar o esas calles por recorrer.

 

Nos enseñaron a programar, a seguir una línea recta, a cumplir con las expectativas… y lamentablemente continuamos la tradición…

 

Y el peor error no es elegir mal… sino que al final del camino te des cuenta de que fue el mundo quien eligió por ti. Que un día te levantas y la naturalidad, con la que te enfrentabas a los días, se ha transformado en un escudo contra los posibles errores, calculando cada paso para no meter el pie en el charco…

Odio esta vida sobreprotegida, esta que juega a hacernos creer que tendremos otras siete y que será en las siguientes en las que podremos mojarnos hasta el cuello…

 

¿Alguna vez te has preguntado por qué a un niño le gusta escribir con mayúsculas?

 

Los veranos eran más largos y los días más intensos…

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