¿Cómo te gusta dormir?…el sueño infantil


Una de las preocupaciones de los padres cuando se enfrentan a la crianza de sus hijos, especialmente en los primeros años, es el tiempo que los pequeños deben dormir.
Nos perdemos en decisiones como si es bueno dormir por las mañanas, si mucha siesta le quitará el sueño nocturno, qué hacer cuando no quiere dormir, cuándo cambiamos las rutinas… un sinfín de dudas para las que todo el mundo opina…
Si nos paramos a pensar con detenimiento en el sueño descubriremos lo imprescindible que es, no sólo para nuestro cuerpo y su descanso, sino para el cerebro y su desarrollo. Hay multitud de investigaciones al respecto que nos informan de que “el sueño aumenta las conexiones neuronales, incrementan la plasticidad de la mente y, especialmente, la capacidad para controlar el comportamiento, así como beneficioso para el aprendizaje y la memoria”. Estas investigaciones han constatado que mientras los niños duermen su cerebro sigue aprendiendo, consolidan lo que han aprendido, repasan los conceptos y las experiencias vividas durante el día. Lamentablemente esto va decreciendo con la edad hasta desparecer.
Debemos aprovechar estos primeros años de vida, manteniendo unas rutinas con los pequeños que le facilitarán la adquisición de conocimientos y le evitará tener otros tipos de problemas como: cambios en el carácter, pesadillas nocturnas, rabietas, problemas emocionales, de concentración…
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Hasta el año: No tiene noción del tiempo, no tienen mejor plan que dormir, da igual la hora o si es de día o de noche, se mueve por necesidades e irán adquiriendo las rutinas que nosotros le vayamos planteando.  Comienzan con unas 15 horas entre el día y la noche y es a partir de tercer mes cuando empiezan a dormir de manera más interrumpida por la noche… paciencia.
A partir del primer año: comienzan a dormir más por las noches y es importante que tengamos rutinas muy definidas para ir acostumbrándole a esos momentos sin que se convierta en una pesadilla para ambas partes. Su chupete, su mantita de apego, su muñeco.
Debemos prestar especial atención a la siesta hasta al menos lo tres años de edad, momento en el que suele desparecer.
«No se trata de obligarles si no quieren, sino de que se lo propongamos», afirma Gonzalo Pin, coordinador de trastornos del sueño y de la Unidad de Pediatría del Hospital Quirón de Valencia. Como hablamos, a partir de los 3 años son muchos los niños que dejan de necesitarla, no debemos forzarle, pero tampoco debemos privar a aquellos que aún nos piden ese momento de descanso.
Pero ¿Qué ocurre cuándo van al colegio? Son muchos, quizás demasiados, los centros que no facilitan este descanso a los pequeños ya sea por falta de espacio, de personal…
Es algo que debería de plantearse para aquellos niños que, por motivos familiares, hacen una jornada continua de 8 horas, pues lo que tenemos que tener claro cualquier especialista de la infancia son los beneficios de un acto tan sencillo como dormir. No necesitarán más de una hora y conseguiremos la recuperación de la energía física y psíquica, favorecerá la retención de toda la información asimilada durante la mañana, elimina tensión, estabiliza el estado de ánimo…
Aunque la teoría nos da algunas nociones de si vamos por buen camino, le realidad es que cada niño es distinto y sus necesidades también lo son. Como padres debemos tener claro que, aun con la importancia de ser conocedores de cómo funciona el cuerpo de un niño y los pasos que debemos seguir para sacarle mejor rendimiento, cada personita es un mundo y debemos permitirnos tomar decisiones saltándonos lo establecido. En este caso es importante mantener las horas de sueño para ayudarles en su rendimiento y estado emocional… pero ¿Cómo? ¿Dónde?… es algo que decidiréis sin pensar en los consejos.
¿Sabías que el bebé aprende el olor de su madre incluso antes de nacer? 
¿Cuántas veces te han tranquilizado diciendo que a partir de los dos años todo cambia? Seguro que no hemos reflexionado sobre los motivos.
El olor es el sentido más primitivo y afecta a la memoria, esto es algo que arrastramos durante toda nuestra vida, perfumes que nos recuerdan a alguien, olor a plantas a viajes, el olor al mar…
Esto es lo que le ocurre al bebé, el olor le proporciona seguridad y bienestar. Hasta los 36 meses aproximadamente  necesitan sentir que estamos a su lado… ¿qué puede cambiar por la noche?
Si te apetece, lo necesitas, te gusta, te emociona y te llena tus días de sonrisas, acurruca a tu bebé a cualquier hora… te aseguro que con 18 años no querrá dormir contigo.
Y a ti ¿Cómo te gusta dormir?…

1 Comment

  • Manolo Martín dice:

    Cada niño tiene su propio ciclo de sueño pero es importante establecer rutinas para dormir que le ayuden a él y a su familia.

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