la vida sigue… dicen…

vida

La vida sigue, dicen, pero no siempre es verdad.
A veces la vida no sigue, a veces solo pasan los días…

 

 

 

 

Sumamos años y con ellos experiencias, la mismas que nos hacen cambiar e incluso desaparecer, esas que nos privan de seguir disfrutando del riesgo, de la maravillosa sensación que supone sorprenderse… sumamos años y con ellos restamos calidad de vida, porque vivimos sabiendo y eso, en ocasiones, es (una mierda) decepcionante…

 

Están ahí, construyendo un cuento con algunas palabras escogidas al azar, preocupados por la letra, por escribir empezando desde margen , por su ortografía, corrigiéndose los unos a los otros, compartiendo… intercambiando bromas, en voz baja, para que no les escuche… en algunos momentos se olvidan de que estamos allí y sueltan alguna carcajada que rompe ese momento creativo en el que he intentado acompañarles…  no puedo evitar envidiarles… porque saben disfrutar, de cada segundo que forma su jornada, hasta acabar rendidos al terminar el día… con su olor a lápiz, con su pequeña libreta con mala presentación, con su mochila llena de llaveros, con su inocencia, con la ignorancia de esa realidad que encontramos al abrir la ventana y que les permite, sin duda, vivir… pero vivir de verdad, sin filtros, sin pensar en mañana, sin contener aquello que desean sentir o hacer…

 
Los observo y me dan ganas de decirles que no se preocupen, que se equivoquen, que rasguen el papel, que escriban las historias que quieran, que se rían a carcajada, que se levanten y bailen, que sigan hurgando en su nariz sin mirar alrededor, que jueguen con las virutas de la goma, que pinten la mesa y hagan pompas con el chicle… se lo diría, porque tengo la experiencia y sé que, cuando pasen los años, dejarán de hacerlo…

 

La vida es bonita, con todo, con lo bueno y lo malo, en cada uno de sus caminos… pero la frenamos, la adornamos, la controlamos, la contenemos… la ensuciamos.

 

¿Y si nos despistamos? ¿Y si por un día olvidamos que rondamos los cuarenta y que hay un protocolo que cumplir?… ¿qué pasaría si por un día sencillamente viviéramos?…sin las reglas, sin un reloj que nos marque el ritmo, sin el miedo…

 

Dejar de hablarnos de usted, olvidarnos dar la gracias, pasarme el día en pijama, soñar y que al hacerlo suelte un pequeña carcajada… por un día, sólo uno… y después prometo ponerme los tacones y recuperar el rol que me ha ido regalando los años…

 

Les hago callar y al segundo me arrepiento, porque la madurez, y con ella la experiencia, les hará tener que mantenerse en silencio demasiado tiempo… entonces me descubro queriendo cambiar las reglas y darles un pista de lo que les espera… animarles a que se revelen y que ahora, que aún están a tiempo, aprendan a vivir… sin el dónde, sin el cómo, sin el ritmo acelerado… a vivir… sin más…

 

 

Nos morimos… y esto, a veces, se nos olvida….

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