En positivo… La importancia de entrenar nuestra mente.


¿Cuántos pensamientos podemos tener en un día? ¿Cuántas suposiciones? ¿Cuántas historias? ¿Cuántos finales?…
Entrenamos nuestro cuerpo, lo cuidamos, lo mimamos, lo adornamos. Buscamos productos de calidad para mantener la piel en perfecto estado, hacemos algo de deporte e invertimos en moda para sentirnos bien… es algo que hacemos de manera automática… 
¿Hacemos lo mismo con la mente?… lamentablemente no. Muy al contrario, la maltratamos. Es cierto que la llenamos de conocimientos, de proyectos, pero también la ponemos a los pies de los caballos cuando nos enfrentamos a las experiencias sin haberla ejercitado. Ella también necesita de un entrenamiento…
Durante el día pasan por nuestra cabeza alrededor de 60.000 pensamientos distintos, el 90% de ellos se acomodan en el inconsciente después de un tiempo de repetición en nuestra mente consciente.  Se quedan ahí y pueden formar parte de nuestra vida irremediablemente. Esto es positivo para prácticas como conducir, cocinar, tener cultura… es decir, para todo aquello que es productivo en nuestra vida, pero entre esos 60.000 pensamientos una gran parte son negativos.
Si cada día nos levantamos pensando que las cosas van a salir mal entramos en una espiral de la que es difícil salir, creer que no somos aptos en algo, que nos equivocamos a tomar decisiones de manera continuada, que erramos, que no valemos o que no somos especiales… nos convertirá, irremediablemente, en personas con una perspectiva de la vida tan negativa que nos convertiremos en aquello que tanto lamentamos.
Si trasladamos esto al entorno escolar nos encontramos con el “Efecto Pigmalión” que en pedagogía hace referencia a cómo las creencias o expectativas de una persona influyen en el rendimiento de otra.  Si el alumno está expuesto de manera permanente a una idea preconcebida, por parte de alguna persona de referencia para el mismo, el resultado es que en su subconsciente esta idea se instalará para convertirle en lo que los demás ven. Los educadores tenemos una labor fundamental para evitar que este tipo de ideas influyan en la evolución de nuestros alumnos.
¿Cómo nos sentimos ante los sucesos que nos ocurren en nuestra vida?
Es una pregunta que debemos hacernos porque es de la actitud con la que nos enfrentemos a ellos de lo que depende. Una misma historia puede tener distintos significado en función de la persona… “Hechos idénticos suscitan reacciones emocionales diferentes”.
Debemos intentar esforzarnos para crear realidades que nos ayuden a construir, en nuestras vidas, historias con un final feliz y acabar con el tópico de ser negativos o pesimistas por naturaleza.  Dicen que los pensamientos positivos son como semillas que plantamos en nuestra mente y que terminará construyendo la vida que queremos…
En la actualidad nos encontramos en el boom de los mensajes positivos, seguros de que debemos cambiar y lanzarnos al mundo como si no hubiera un mañana. En nuestros móviles recibimos mensajes diariamente que nos invitan a tener un día especial… ¿Qué nos queda?…
Enfrentarnos a las experiencias en positivo.
¿Y tú? ¿Qué quieres de la vida?

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