Los deberes a debate

Lo bueno de la educación es que no pasa desapercibida y cualquier tema referente a ella siempre es un tema a debate, lo malo es que los extremos hacen que nunca lleguemos a una solución que favorezca aquello por lo que “imagino” estamos luchando: la educación de calidad de estas nuevas generaciones.
Finalizamos el primer trimestre y sigue siendo un tema que genera polémica entre las familias, principal motivo de discrepancia de opiniones entre profesionales, una carga sin duda para los más pequeños.
Deberes ¿sí o no? Empezamos mal, pues la pregunta está mal planteada desde el momento en el que no podemos argumentar la respuesta.  No sé cuántos debates se han creado en torno a esta cuestión, cuántos artículos habrá generado y cuántas afirmaciones sin base pedagógica se han dado.
Cuando hablamos de hábitos de estudio lo relacionamos de manera inmediata con las tareas para casa, cuando hablamos de implicación de los padres con la educación de sus hijos lo relacionamos con las tareas para casa y cuando hablamos de la calidad en educación, lo relacionamos con las tareas para casa… el caso es que, con estas afirmaciones, si un profesor no manda deberes es un inconsciente que no sabe lo que está haciendo.
Buscamos la explicación a una palabra que en sí ya echa para atrás en esta época en la que la jornada de nuestros hijos/alumnos ha aumentado considerablemente con respecto a la de nuestra generación: Ocho horas aproximadamente es el tiempo que pasa un niño en el colegio, dos más de actividades extraescolares y si sumamos una hora diaria de tareas de clase las cuentas, disculpen mi atrevimiento, no me salen. De algo no tengo duda, cuando estudié la carrera dedicamos una parte importante del temario a los beneficios de juego, de las relaciones sociales y del tiempo libre para afianzar los gustos y eso a lo que llamamos “personalidad”. Nada de esto es una actividad nocturna por lo que o me faltan horas o me sobran actividades.
Confundimos calidad con cantidad y en demasiadas ocasiones la ineficacia del profesor para programar la asignatura hace que falte el tiempo necesario para ciertos conceptos que esperamos se enseñen en la casa gracias a la amabilidad de las familias. No hablemos entonces de los beneficios de los deberes, hablemos de la necesidad de estas tareas para sacarnos del aprieto. Se trata de funcionalidad.
¿Cómo deberíamos de plantear los profesionales este tema? ¿Cómo solucionar las discrepancias entre las familias, entre los profesores que sí están convencidos de la utilidad de los mismos?  Buscando herramientas que favorezcan el aprendizaje, que ayuden a que la familia se integre en la rutina escolar de su hijo y que permita al niño reforzar conceptos, y que hacerlo… sea muy distinto a lo que tradicionalmente conocemos como deberes.
En Novaschool trabajamos con la Plataforma educativa My Ágora + ,un espacio donde la familia puede encontrar todo tipo de recursos educativos para trabajar en casa, las programaciones que se llevan a cabo en el aula, un espacio en el que poder interactuar con el tutor para trasladar dudas. Sin duda, un espacio que ofrece calidad sin sumar cantidad.

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