El arte de relativizar

El mayor impedimento para vivir son las expectativas que dependen del mañana. Pierdes lo de hoy y dispones de lo que está en manos de la fortuna, perdiendo lo que está en las tuyas. ¿Adónde miras? ¿Hasta dónde quieres llegar? Todo lo que está por venir, se mueve en lo incierto: empieza ya a vivir.
Séneca

Por algún lado leí una frase que me hizo reflexionar sobre cómo nos enfrentamos a las situaciones y, lo que es más importante, sobre cómo educamos para que las futuras generaciones se enfrenten a las distintas situaciones. Venía a decir que las personas, lo que nos ocurre y lo que nos encontramos por el camino,  no viene con la importancia incorporada, no tienen hoja de instrucciones, es decir, necesitamos un tiempo para desglosar aquello que tenemos entre manos, sea físico o etéreo, analizarlo, concentrarnos en valorarlo y una vez realizado una serie de actos para interiorizar aquello, tomar decisiones, hacerlo tuyo o desecharlo.

No sabemos relativizar, esto es un hecho. Hay quién presume de haber vivido como si las cosas no fueran con él, como si el arte de relativizar le viniera de serie y actúa con una despreocupación constante que, en muchos momentos, nos genera una sensación de recelo hacia aquella extraña persona que parece tener el mundo controlado. No creas en las apariencias, estoy segura que podemos sumar varias noches sin dormir a su vida por temas que finalmente eran insignificantes, antes de haya decidido poner en práctica una serie de estrategias para que no volviera ocurrir. Tampoco le quitemos mérito, al menos ha dado un pasito hacia adelante en el caótico mundo interior, mucho más de lo que otros hemos avanzado…Sería perfecto que todos compartiéramos nuestras debilidades para hacernos más fuertes, que la empatía fuera una práctica rutinaria que ya tuviéramos automatizada. No es así, tendemos a olvidarnos cuando hemos conseguido pasar la tormenta de las inseguridades.

Las preocupaciones están irremediablemente unidas a los miedos. A veces hacemos protagonistas principales de nuestra vida a estos indeseables sentimientos que nos paraliza.

Los que nos dedicamos al mundo de los niños, con la experiencia y lo muchos libros que deberían de haber caído en nuestras manos, sabemos que cuando un niño tiene un problema (para él importante) y entra en un estado de rabieta imposible de controlar, hay que sacarlo de la situación en la que se encuentra… No es distinto en el adulto, nada cambia con los años, solo se controla.

¿Qué debemos hacer? Alejarnos de aquello que nos preocupa, cruzar la calle y verlo desde otra perspectiva. No se trata de dejar de preocuparnos, se trata de preocuparnos en buscar las distintas soluciones. Esa distancia de seguridad que cojamos antes los problemas nos ayudará a analizar para entender y actuar. Nos centraremos en lo que realmente es importante.
Los cientificos dicen que  las neuronas que se activan, cuando tenemos incertidumbre sobre algo, son las mismas que cuando estamos esperando ver situaciones desagradables. Al final es ese miedo a lo desconocido lo que no nos permite avanzar y nos genera desconfianza.

Relativizar, tomar distancia y actuar… cuando no somos capaces de visualizar con perspectiva lo que nos está ocurriendo, nos bloqueamos hasta tal punto que reconstruimos la historia desde un planteamiento totalmente distinto al que lo haríamos si fuéramos capaces de racionalizar la información que nos tiene sin aliento.

La vida no deja de ser un juego con obstáculos que debemos aprender a superar, tener en cuenta afirmaciones como que debemos aprovechar ese tiempo limitado con el que contamos, que la realidad que vivimos es subjetiva (depende mucho de la actitud con la que te enfrentas a ella), que hay un universo más allá de ese pequeño espacio que ocupamos (en el que siempre hay personas con el mismo o mayores problemas) y que sentarnos a ver qué ocurre no es la mejor solución, puede ayudarnos a hacer nuestro este concepto tan en desuso.

Cuida ese mundo interior al que solemos tener abandonado, el vecino con el que nunca hablamos, ese gran desconocido que llevamos incorporado y que de vez en cuando, solo de vez en cuando, nos deja algún mensaje en el contestador.

 

Cruza la calle de tu vida y coge aire

 

amaneceres

 

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4 Comments

  • Manolo Martín dice:

    Estoy totalmente deacuerdo contigo y no sabría expresarlo mejor!! Tienes una maravillosa forma de expresar tus pensamientos y opiniones. Sigue así….

  • Noelia dice:

    Me ha gustado mucho, además me he sentido muy identificada en muchas cosas, todo se puede aprender si se pone el empeño necesario y aprender a relativizar los problemas debería ser asignatura obligatoria. Enhorabuena!

  • gloria dice:

    He aparecido aquí de casualidad… y me ha encantado. Enhorabuena, escribes genial.

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