«A veces inventamos personas, y las inventamos tan bien y tan a nuestra medida que se hace muy difícil olvidarlas. Y muy doloroso. Es como si mataras algo en tu interior, porque en efecto, solo es allí donde han habitado»
(La última confidencia del escritor Hugo Mendoza, de Joaquín Camps)
¿En qué miedo descubriste que eras valiente?
Si cierras los ojos puedes verte un año atrás, en una tarde a comienzos de verano, quizás durante un viaje o no… detalles que no cambiarían la historia. ¿Qué separa un día cualquiera de un gran día?… escuché esta frase y mi respuesta no tardó en llegar…
Un domingo…
Y tras él, microhistorias que conforman mi vida, que me han hecho ser lo que soy ahora… no sé si mejor o peor, pero sí diferente… con más experiencias (o sueños) que contar e interpretar…
Dicen que la vida son momentos, un tú y ahora, justo este instante, mientras pienso en todas las personas que forman mi vida, en las risas acumuladas en los 365 días del año, en los miedos que no me han dejado avanzar, en los planes, esos que nunca hago…
Un tú y ahora en una conversación, en el aire que huele a verano, en una melodía que te recuerda a alguien, en esos finales que llegan a su fin… un tú y ahora, mientras pienso en todo lo que he aprendido y en lo mucho que (espero) me quede por aprender, en el perfume que me recuerda a alguien, en esa sonrisa que es capaz de llevarme al cielo en un solo segundo… un tú y ahora…
¿En qué miedo descubriste que eras valiente?
Madrid, junio y un libro que no acompaña a esta tarde de verano… tengo el olor de las calles entre mis recuerdos, el tráfico, el tiempo que no para y esta prisa por llegar sin saber exactamente el lugar al que nos dirigimos…
Siempre hay un momento en el que todo cambia… ese en el que descubres algo de ti que te sorprende y con el que te cuesta convivir… cada día te levantas preguntando en qué momento apareció ese persona frente al espejo… que no reconoces y que, sin embargo, tiene algo que te enamora cada día.
Si fuéramos capaces de apreciar cada detalle, de observar todo lo que ocurre a nuestro alrededor mientras respiramos, descubriríamos cómo va cambiando nuestra vida a cada segundo, como un viaje, un libro o una persona nos transforma coloreando nuestra historia…
Un mundo entero se movió para que estuvieras ahí, en ese momento, en ese lugar…para que aquél libro cayera en tus manos, para coincidir en aquel vagón de tren, para que el café a solas sea un momento de debate construyendo nuevas historias… debimos cuidarlo más…
En qué miedo descubriste que eras valiente…
“No sé qué decir, en realidad. Tres minutos para la mayor batalla de nuestras vidas profesionales. Todo se reduce a hoy. O nos curamos, como equipo o nos desmoronamos. Jugada a jugada, pulgada a pulgada. Hasta el final. Ahora estamos en el infierno caballeros. Creedme. Y, o nos quedamos aquí dejándonos machacar, o, luchamos por volver a la luz. Podemos salir del infierno pulgada a pulgada. Yo no puedo hacerlo por vosotros, soy muy viejo. Miro a mi alrededor, veo esas jóvenes caras y pienso, pienso he cometido todos los errores que un hombre de mediana edad puede cometer. Yo, eh, he despilfarrado todo mi dinero, podéis creerlo. He echado de mi vida a todo el que me ha amado. Y últimamente, ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo. Mirad cuando te haces mayor en la vida hay cosas que se van. Vamos, eso es… eso es parte de la vida. Pero, solo aprendes eso cuando empiezas a perder esas cosas. Descubres que la vida es cuestión de pulgadas, así es el fútbol. Porque en cada juego – la vida o el fútbol – el margen de error es muy pequeño. Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a pasarla. Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a cogerla. Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor. Están en cada momento del juego, en cada minuto, en cada segundo”
(Any given Sunday. Oliver Stone)
En el de seguir aquí… justo un año después, esperando a que el mundo vuelva agitarse para hacernos coincidir otro domingo cualquiera….
Madre mia. Leer, leer y envolverse en esas palabras que te hacen parar esos segundos, minutos, momentos enteros . Sonreir y sin mirar lo que ves, decir: es para mi, es mio. Gracias .