Un mundo por descubrir…

Los lunes son especiales en Novaschool.
Una vez más olvidamos el horario establecido y la programación desparece de nuestra rutina. Todos están preparados, se agrupan en la mesa cuchicheando… comienza una clase diferente. Nuestra atención está centrada en escuchar a nuestros pequeños investigadores y que compartan las aventuras vividas para descubrir las respuestas a preguntas tan dispares como el origen de las servilletas, por qué lo huevos se miden en docenas, el origen del post-it, de qué color es el agua… Entre la emoción de compartir lo que han ido averiguando y la curiosidad por conocer qué trabajo ha realizado el compañero… todos aprendemos de todos.
Se respira ilusión por participar y eso se traduce en emoción por aprender. Hablamos de aprendizaje significativo.
Investigar se ha vuelto indispensable en el aula, en cada sesión esperan ansiosos a que les hagamos participes de generar el contenido, permitiéndoles que busquen ellos la información, promoviendo una actitud proactiva y despertando su curiosidad, pilar fundamental para el aprendizaje.

 

Sin curiosidad nada de lo que nuestros alumnos aprendan tendrá sentido.

Tenemos claro la teoría, pero muchos profesionales de la educación caen en la desidia y esto afecta a nuestros alumnos, que pasan sus días entre los libros de textos, recibiendo la información a través de clases magistrales que no le aportan nada y de las que la mayoría de la veces desconectan.
Investigar es una actitud vital.

 

Francesco Tonucci nos decía que el maestro es el mediador fundamental en la aproximación del mundo exterior. Mediador no trasmisor, es decir, que nuestro papel es el de guiar a nuestros alumnos en esa búsqueda del conocimiento.

En su libro “La escuela como investigación” destaca tres elementos que definen las necesidades de los niños en su desarrollo global:

• Gestión del conocimiento.
• Automotivación.
• Trabajo en grupo.

Tonucci afirma que el método de investigación impone que se resuelvan los problemas utilizando conocimientos anteriores de forma nueva, creativa… Los alumnos tratan de reelaborar creativamente la información que tienen, comparando, probando…

 

Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación formal (Einstein) 1526090_921258824574128_5000964618199165010_n

 

A veces promovemos un silencio en el aula culpable de que nos perdamos información importante que nos ayudaría a avanzar en nuestra labor como docentes. Tenemos que aprender y debemos hacerlo de los que sabrán darnos las claves de qué pasos debemos seguir para optimizar el tiempo que empleamos intentando ejercer como maestros: los alumnos. Debemos escuchar lo mucho que tienen que contarnos y para esos tenemos que crear espacios destinados a que se sientan con libertad de hacerlo. Con sus preguntas y con sus afirmaciones habremos hecho mucho de nuestro trabajo con sobresaliente.
Ricard Huguet decía “algo deberíamos de estar haciendo mal en educación para que los niños comiencen deseando ser astronautas y acaben queriendo ser funcionarios”… efectivamente, los estamos modelando y preparando para un futuro que nosotros hemos diseñamos y, en muchos casos (y con pocas habilidades por parte del educador o incluso del sistema), estamos creando taras en sus sueños, formalizando y adaptando su personalidad a las necesidades de la sociedad. Les mandamos mensajes del futuro sin esperar a que nos cuenten que es lo que esperan de eso que está por llegar. Si por unos segundos estuviéramos en silencio, escuchando lo que tienen que contarnos, descubriríamos el camino que debemos llevar para hacer del colegio el espacio donde ellos creen su aprendizaje y su futuro y no donde reciban las claves para vivirlo.

 

Estar en una clase en la que los alumnos convivan con la libertad a la hora de aprender es una experiencia muy enriquecedora para un profesional de la educación, es el momento en el que realmente te enfrentas a alumnos motivados, disfrutando de formar parte de ese equipo de trabajo donde les quitamos el cinturón y le dejamos movimiento para decidir cómo aprender.
Romper las reglas y marcar la diferencia es parte de nuestra obligación como educadores, debemos estar en continuo crecimiento para enfrentarnos a la responsabilidad que tenemos en nuestro desempeño, caer en la rutina y no facilitar herramientas que mantengan a nuestros alumnos en un estado de actividad y curiosidad permanente, es haber fallado en nuestro trabajo.

 

Lo importante es no dejar de cuestionar… (Einstein)

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